Luchar por los ideales propios
A comienzos de 1918 en Córdoba, una ciudad atrapada por el espíritu colonial, casi sin industrias y adormecida bajo el mando del clérigo, nacía la Reforma Universitaria, una reforma social iniciada por los jóvenes de la provincia y extendida en el tiempo a toda Argentina y Sudamérica.
Así lo señala Juan Carlos Pontantiero: “La reforma supone en su origen una intención de cambio social que va más allá de modificar la ordenación de las casas de estudio, que comenzó en Córdoba, y se extendió al país primero, y luego a todo el continente”.
En las Universidades el único que tenía poder era el profesor. Contra este espíritu conservador luchaban los jóvenes. Deodoro Roca expresa en el Manifiesto Liminar que “el demos universitario, la soberanía, el derecho a darse el gobierno propio radica principalmente en los estudiantes.”
También sostiene que “Las universidades han sido hasta aquí el refugio secular de los mediocres, la renta de los ignorantes, la hospitalización segura de los inválidos y - lo que es peor aún- el lugar en donde todas las formas de tiranizar y de insensibilizar hallaron la cátedra que las dictara.”
Finalmente, obtuvieron la reforma tan ansiada, por la que muchos jóvenes expresaron y combatieron por sus ideales. Fue luego de una serie de conflictos en los que la violencia fue protagonista tanto de parte de los estudiantes como de parte de las autoridades.
Así la universidad pasó a ser una “universidad de masas”, los jóvenes fueron apoyados por los obreros que comenzaron a verlos como aliados para “una etapa de lucha democrática, antiimperialista y antilatifundista”, como aseguró Portantiero.
Pero hoy reina el sistema capitalista. Se llega a un punto tal de masificación que hace que la enseñanza se deteriore, el diploma se desvalorice, el mito del profesional independiente se quiebre, y por lo tanto, la imagen de la universidad como canal de ascenso social se revela como un engaño.
Felicitaciones por el blog!! Exitos!
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