La música como protesta
“Míralos, míralos están tramando algo”, eso cantaba Serú Giran. Y lo que estaban tramando esos jóvenes de ayer era una revolución musical. El rock nacional marcó un antes y un después.
El nacimiento del rock argentino surgió de la mano Litto Nebbia con su banda Los Gatos y marcaba una certeza: los jóvenes podían expresar en su idioma aquello que sentían. Atrás quedaban esos estribillos pegadizos e inocentes que cantaban Palito Ortega y sus compañeros del "Club del Clan", como por ejemplo “la felicidad ja ja ja.”
A fines de la década del ’60 de las reuniones en el bar de La Perla del Once en Plaza Francia o en La Cueva nacieran bandas como Los Gatos, Manal y Almendra, las cuales conformarían la primera trilogía importante del rock nacional. Almendra de la mano de su líder, Luis Alberto Spinetta, llenaba los oídos con melodías poéticas, frases como “muchacha corazón de tiza” son de su autoría.
En 1968 Miguel Abuelo y Pipo Lernoud armaron la primera formación de Los Abuelos de la Nada, banda a la que se sumaría Norberto Napolitano (Pappo). Además ese mismo años se crearía el sello Mandioca, el primero dedicado al rock nacional.
En el marco de una vertiente más dura y contestataria nació Sui Generis, dúo formado por Nito Mestre y Charly García. Los jóvenes se vieron identificados en sus letras, que hablaban de las incomprensiones y prejuicios de la sociedad. “Y si me aplazó la formalidad, es que nunca me gustó la sociedad”, coreaban 26 mil personas
Cuando Sui Generis se separó en 1975.
El 24 de marzo de 1976 un Golpe de Estado dio inicio al período más oscuro y sangriento de la historia argentina. Los músicos de rock, considerados "subversivos", sufrieron la violencia de la dictadura militar. Para muchos la única escapatoria fue el exilio, pero otros buscaron resistir con sus canciones. Como León Gieco, que fue una gran figura de este período, aunque era censurado por los grandes medios eso no impedía que la gente lo siguiera a todos lados.
Charly García hizo un aporte fundamental, con David Lebón, Pedro Aznar y Oscar Moro formó Serú Girán. Sus letras lograron gambetear la censura del terrorismo de Estado. Con sutileza, energía e ingenio, las canciones de Serú se convirtieron en himnos para la juventud. Grabaron su primer disco en mayo de 1978, a pocos días de comenzar la euforia por el Mundial de Fútbol, algo que intentaría opacar y ocultar la violencia, los asesinatos, crímenes, los desaparecidos, las violaciones a los derechos humanos, etc.
El empujón clave para que el rock nacional terminara por consolidarse fue la Guerra de Malvinas de 1982 que trajo consigo la prohibición de pasar música anglosajona por las radios, entonces, los programadores se vieron obligados a recurrir a las grabaciones de artistas argentinos.
Es así que con el fracaso en Malvinas, se acabó la dictadura, y se permitió que el rock creciera en calidad y cantidad de bandas. Aparecieron genios del rock como Andrés Calamaro, Juan Carlos Baglietto, Fito Paez. El under tenía sus líderes: Luca Prodan y el Indio Solari.
Estamos transitando una etapa en la que el Rock Nacional mueve multitudes. La música que invita al pogo, al baile o a la reflexión está más viva que nunca. Y seguirá así mientras haya gente con talento que tenga algo para decir.
“Desahuciado está el que tiene que marchar a vivir una cultura diferente” – León Gieco.
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